DIARIO DE ABORDO 2015


9 DE ENERO DE 2015, UN AÑO PARA CUMPLIR DESEOS

Dejamos el 2014 con la esperanza de que el 2015 sea aún mejor.
Tenemos muchos proyectos que realizar y muchos sueños que cumplir.
Toca cargar pilas para conseguirlo. La pena es grande y echamos mucho de menos a nuestra peluda pero precisamente por ella tenemos que aplicar todo lo que nos enseñó, para adelante, siempre adelante.


22 DE ENERO DE 2015, "TIERRA DE FUEGO"

La música en la calle nos abre puertas insospechadas. Durante la estancia en la Graciosa conocimos a Antonio Valdés, un extremeño baterista y el capricho del destino nos reencuentra: Héctor y su guitarra, Valentín con su violín y Valdés con su…peculiar batería. Genial, está compuesta de un escurreplatos, algunas ollas y cubos.

En la misma calle de Arrecife están tocando los tres por separado y el sentido del oído hace que se busquen. Tocan un rato juntos y se sienten tan cómodos que se convierte en rutina la quedada en la calle Real.

La mente inquieta de los chicos hace que se pongan de acuerdo en la idea de una gira por tierras de Fuego.

De Arrecife a Teguise donde nos recibe un pueblo especial, con su castillo en lo alto de una colina (hoy museo de la piratería) y su gran y popular mercado de artesanía, donde se respira arte por cada esquina. Las callejuelas de piedra llevan todas a la plaza de la villa, donde se encuentra la iglesia. Por una ventana veo como toca la orquesta del pueblo, y en un balcón hay un cantautor extranjero, en otra placita un guitarrista y una bailarina de danza contemporánea, puestecitos de verdaderas joyas, canastos de juncos (hechos del último canastero de Teguise) y taburetes de madera con cuero grabado.

El jardín de una de las muchas casitas blancas nos llama la atención de inmediato.
Vemos asombrados esculturas por todo el jardín, la gran mayoría parecen mujeres, pues suele haber una prenda de ropa real con ellas: un bolso, un pañuelo…
Los muros de piedra negra, volcánica, se levantan por todo el jardín, haciendo que cada parcelita tome aires de tumba, el conjunto es un cementerio de recuerdos. Muñecos sucios esparcidos, cabezas, cochecitos de niños, juguetes rotos y viejos, bicicletas y triciclos. Un muro hecho de monitores de ordenador…Me parece un vómito causado por el dolor. Parece ser que el propietario de la casa perdió a su mujer. Después de varias depresiones, de alguna manera, encontró alivio expresando así su dolor. En la villa de Teguise encontramos arte hablándonos de mil formas diferentes.

Valdés tiene que regresar a su casa de Fuerteventura, así que tomamos la acertada decisión de continuar moviéndonos hacia el sur. Isla de Lobos nos espera.La singladura, de cuatro horas, con vientos portantes (NE 25 nudos) nos empuja a una velocidad media de 5.4 nudos tan sólo con el génova. Nuestros nuevos marineros/músicos nos regalan unos momentos únicos a través de su música que, espontánea, suena cada día distinta. La navegación es divertida, y ver como los músicos intentan mantener el equilibrio mientras tocan con olas de 3-4 metros, la hace aún más.

Fondeamos en Isla de Lobos, isla prácticamente virgen, exceptuando alguna que otra edificación destinada a la información turística y alojar a los escasos lugareños que viven en la isla. Al dia siguiente el viento se mantiene igual. Decidimos ir a tierra con la neumática a pesar del fuerte viento que sopla en dirección contraria a nuestro objetivo, el muelle de Isla de Lobos. Nos tenemos que ir turnando para remar, ya que, a pesar de nuestros esfuerzos parece que no avanzamos. Cuando no me toca remar me consuelo mirando hacia Corralejo, pensando que si no lo conseguimos al otro extremo del “Rio” nos parará la costa majorera (Fuerteventura). Nos lleva 15 minutos alcanzar el muelle, pero lo conseguimos.

Un sendero nos conduce a una de las playas donde encontramos una pequeña construcción, hecha con piedra volcánica, que protege del viento. La nueva tripulación se pega un chapuzón a pesar del agua fría y del viento, la vieja no. Tomamos el sol en nuestra cabaña improvisada, con lecho de arena blanca. Jugamos con la pelota de Lola, que se convierte en una pelota de malabares, charlamos y comemos mandarinas. Unas horas más tarde volvemos al “Om” donde intentamos pescar. Hacemos una tarta de chocolate, vemos unas películas y a dormir.

Corralejo nos llama desde el otro lado del “Río”. Así que ponemos rumbo al pueblo, donde descubriremos sorprendidos el ambiente musical que se respira por sus calles. Primer día de exploración con buenas noticias: posibilidad de conciertos y de buen fondeo. Siempre nos entusiasma la idea de un nuevo territorio por conocer, aunque Lanzarote nos deja puertas abiertas y muchas por abrir que seguro retomaremos.



4 DE FEBRERO DE 2015, "MAXORATA"

Maxorata o Erbania son los nombres aborígenes con los que se conoce Fuerteventura. De aquí viene que se llame a los lugareños “majos” (maxos) y a su costa, majorera.
Así que nos encontramos en aguas majoreras, de momento en puerto pero no tardaremos en fondear, en cuanto salga el sol que se muestra esquivo.

Los músicos que encontramos en Corralejo son muy agradables, a algunos ya los conocimos en Lanzarote como a "Banda Rei": tres italianos que hacen una música estupenda, con tuba, batería y saxo.
"Atlanterra" es otro de los grupos, de música latina, con una voz femenina muy dulce, guitarra y batería.

También encontramos verdaderas joyas en los amigos de éstos, artesanos y artistas. Francesca es una chica que lleva viajando mucho tiempo con su bisutería, sus clases de yoga y sus malabares de fuego. Enseguida nos apuntamos al yoga que hacen por la mañana en la playa.

Unos piden consejos musicales a otros. Otros consiguen bolos y piden colaboración a los músicos. Entre todos, mano a mano la vida fluye. Música en cada esquina, que hasta los más pequeños tocan. Esculturas de arena en la playa en forma de buda, dragones o pueblos de fantasía.

Un lugar bonito para pasar un tiempo. ¡Solo nos falta que salga el sol!





28 DE FEBRERO DE 2015, "BIG BAND CORRALEJO"

La fusión de las bandas musicales callejeras sólo es cuestión de días. Un lunes Graziana Morcaldi y +Fuerte (Ester y Darío) vienen al “Om” a conocerlo y entender mejor el proyecto, con la intención de publicar algo para sus respectivos trabajos.

Se nos ocurre que los músicos de Perros de Mar (Héctor, Valentin y Valdés), Banda Rei (Gas, Rico y Gabriele) y Atlanterra (Alejandra y Miguel) podrían venir también. Gavina,  artesana y viajera llena de amor tampoco se lo quiere perder.

Antes de salir recibimos la visita de la familia “Pies descalzos”. Davide es bajista y su mujer, Sheila, canta. Sus dos hijos, Radoban y Jan disfrutan del camarote de proa y de algunos juguetes que van encontrando por el barco.

Aunque somos muchos todos se mueven equilibrando pesos, de tal forma que el “Om" permanece estable sin problemas y lo noto contento.

El día nos acompaña, pues después de muchos días de viento y “chipi-chipi” sale un sol espléndido y el océano parece dormido por completo. Navegamos hacia Isla de Lobos que se encuentra a no más de media milla (más o menos a un Kilometro). Una navegación corta pero muy agradable, damos media vuelta y volvemos a la bahía de Corralejo, esta vez para fondear. Una vez parados los músicos no se lo piensan ni un minuto, instrumentos fuera y empieza la magia. Disfrutamos muchísimo de unas horas de música espontánea, cervezas y sobretodo de una inmejorable compañía. Cuando el sol empieza a ponerse vienen más risas, pues las chicas se suben a la neumática y se disponen a remar. Solo Miguel, de Atlanterra, se atreve con tanta mujer. Van cuatro personas, instrumentos e incluso algún amplificador, la barca es chiquita y creo que más de uno se moja el trasero. Valdés los acompaña con un kayac para traerse otra vez la barca, hay que hacer más viajes.

Llegan nuestros vecinos del “Otong-Java”, que ya conocimos en La Graciosa y fondean cerca, mientras sonríen y bailan, pues aún quedan músicos tocando. El Otong-Java es un barco muy peculiar, artesanal 100%. Parece un Catamarán pero los dos cascos son de diferente eslora y manga (largo y ancho), el mástil parece un tronco, quizás un poste eléctrico, las jarcias y aparejo siguen un sistema parecido a la vela cangreja y las cabinas parecen hechas de persianas de metal. Por lo que sabemos se construyó en Sudáfrica, y son 4 de tripulación. Dos tripulantes del “Otong-Java“  se  se ofrecen a llevar a tierra, en su barca de madera, a algunos pasajeros del "Om".

Todo sigue su curso. Atlanterra, Banda Rei, Pies Descalzos y Perros de Mar, siguen tocando en las calles y locales de Corralejo, cada grupo por su lado, aunque a veces cuentan con la colaboración de algún músico.

Las tareas domésticas se hacen un poco más complicadas ahora que no estamos en puerto. Utilizamos los kayacs para movernos de mar a tierra y a la inversa. Aprovechamos cada viaje de regreso al barco para abastecernos de agua dulce. Por unos días sopla muy fuerte y hace que estemos pendientes del fondeo.
Los dias de viento son los peores, en una ocasión Lola y yo nos vemos obligadas a desembarcar con el kayac en otra playa porque el viento y la corriente nos impide hacerlo en la de siempre. Pero aún y así me siento segura, ya que aquí siempre sopla en la misma dirección, N-NE, de manera que por muy mal que reme seguro que acabo en tierra.

Alejandra, de Atlanterra, nos invita a una clase de danza africana en la Playa del Waikiki. Manawa saca los timbales de su furgoneta, a la que adora y por ello le puso el nombre de su proyecto  “MAHALO” que es un saludo Hawaiano cuyo significado es mucho más que un hola y mucho más que un gracias. La danza africana es divertidísima, casi entramos en trance. Estos ratos nos unen cada vez más.

Perros de Mar empieza a ensayar con Atlanterra y un día, que faltan componentes de los tres grupos, se fusionan con Banda Rei. A partir de aquí, no hay quien los pare. Ya se había hablado de hacer "jam session”, a modo de despedida, antes de que Rico tuviese que atender otros compromisos en Italia y de que Valdés hiciese lo propio en Granada y  Bulgaria,. Pero la magia hace de las suyas, más que una despedida parece que dice: - ¡No os podéis separar mientras esto suene así, mientras haya esta química tan brutal!

Todo Corralejo los oye, los baila y los aplaude. Se pasean por el muelle, por las playas, por los paseos y mercados, són algo único. Todo aquel que les siente participa en esta energía. Se me pone la piel de gallina cada vez que los oigo. Estoy tres días sin hacer otra cosa que perseguirlos, y disfrutar, resulta un poco enfermizo.

Me encuentro con Gavina, Francesca, Ester y Graziana, estamos muy emocionadas. Graziana me abraza y me cuenta al oído que Rico ha decidido quedarse.
Justo en ese momento conocemos a María, periodista de “La Provincia” y a su compañero fotógrafo. Quiere hacernos una entrevista y participar en la difusión del proyecto, este proyecto que cada vez abarca más, que cada vez toma más forma, gracias a este equipo de músicos, periodistas, técnicos de sonido, y amigos en definitiva, que hacen su trabajo con amor e ilusión, no por la recompensa material, sino por lo especial del momento. Todos queremos participar, incluso los que nos limitamos a disfrutar y a aplaudir.

Después de estas emociones tan intensas, los chicos necesitan un día de descanso, que sirve para reflexionar y tocar con los pies al suelo.
Deciden convocar una reunión para ver que planes de futuro inmediato tiene cada uno de los componentes.
Lo llamarán el circulo de hablar.





9 DE MARZO DE 2015, "LA FAMILIA FLOTANTE CRECE"

La familia flotante crece, y de una forma un tanto peculiar. Pues siempre pensé que cuando expresase esto sería por que esperamos un bebé y no a unos niños@s tan crecid@s...

En el circulo de hablar se dijeron cosas muy bonitas. Yo me tengo que quedar en el barco, pues ese día hace demasiado viento para dejarlo solo. Pero Héctor me cuenta al detalle todo lo que se ha dicho en este circulo, que funciona perfectamente, pues cada uno tiene un turno para hablar y el suficiente tiempo para pensar y escuchar, de manera que de nuevo los mensajes llegan con claridad. Todos están felices por estar juntos, de crear esta música y este algo más, se sienten familia y quieren vivir el momento, aprovechar el ahora.

Es impresionante como nos movilizamos en pocos días. Todos tenemos la inquietud de viajar, de movernos constantemente y de descubrir nuevos lugares.
La avanzadilla hacia el sur la hacen los chicos de Banda Rei, Manawa y Valentín. Ellos se van con lo puesto, sus mochilas y sus tiendas de campaña y por supuesto sus instrumentos.
Todos los instrumentos están repartidos entre la furgoneta “Mahaloha”, el barco “Om” y el coche de Alejandra, que nos prestan un gran servicio.

Mientras tanto en Corralejo el grupo Atlanterra y Gavina hablan con sus caseras para dejar sus casas, mientras embalan todas sus cosas y envían por correo lo que les sobra. Natalia y Gavina se ponen de acuerdo para venir con nosotros, en el Om. Todo un poco caos, un poco rápido, pero con las cosas muy claras.
Gavina y Natalia se presentan en la playa con sus mochilotas, sus instrumentos y sus materiales de trabajo. El bulto es importante pero a la vez entendemos que llevan su casa a cuestas, a modo caracol, esta claro que somos de la misma familia.

La navegación es buena, pues aquí siempre encontramos viento del NE. Vemos delfines (creemos que son calderones, porque son mucho más grandes que el delfín común y tienen la cabeza redondeada) lo que anima a las chicas a subir a verlos y hace que piensen un poco menos en sus mareos. Llegamos al asentamiento, en la "playa del mal nombre”, pero ya es de noche y la marea no nos permite desembarcar con seguridad. Sabemos que los chicos están allí, en tierra, pues nos hacen señales de luz con una linterna. Quedamos en vernos en Morro Jable al día siguiente.

Una vez fondeados enfrente del pueblo de Morro Jable desembarcamos con los kayacs y con la neumática. El recibimiento no puede ser más cálido. Veo como los chicos/as, en traje de baño, corren hacia nosotros con los brazos abiertos. Entre abrazos y besos (hace tres días que no nos vemos) los chapuzones van y vienen, pues parece que al fin ha llegado el verano, el sol quema con fuerza y el día no puede ser más perfecto. Para acabar de rematarlo Pablo y Nuria, que hasta ahora vivían aquí, dicen que dejan todo y se unen a nosotros.

Pasamos así casi una semana. El jefe de policía da carta blanca a la banda para tocar en la calle. Varios locales los solicitan para sus veladas. La verdad es que para ser tantos, con tantos bultos y tan pocas camas no nos lo montamos nada mal. Incluso muchos dejan sus tiendas de campaña para dormir en unas cuevas que hay en la playa. Pronto haremos aquí las reuniones, cenas y fiestas.

Empieza a ser necesario moverse, tenemos que conseguir un lugar donde soltar los bultos y que reúna ciertas condiciones de confort. También hay que tener en cuenta donde moverse, pues es necesario hacer algunas compras, como el arco de violín, arreglar la tuba y comprar una mochila estanca. Así que habrá que pasar por Gran Canaria a pesar de que nos atrae más la idea de estar en una isla pequeña como La Gomera.
El Festival "Rainbow" nos espera en La Gomera, así que decidimos dar el siguiente paso necesario a Las Palmas de Gran Canaria para comprar y arreglar lo necesario, también para exponer nuestros proyectos al director de cultura. Pero con el corazón puesto en La Gomera.







13 DE ABRIL DE 2015, "PROFUNDIDADES"

La navegación de Morro Jable a Santa Cruz de Tenerife es sorprendentemente incómoda. Lola vive todo el viaje angustiada, con ansiedad, y nosotros con un poco de mareo. La mar viene de través, y treinta horas así, sin poder soltar el timón se hace bastante cuesta arriba. Ya nos advirtieron antes de partir de Fuerteventura de que la mejor forma de llegar a Tenerife es rodeando Gran Canaria por sotavento, pero después de estudiarlo vemos que esta ruta es mucho más larga, y nuestros amigos nos esperan en Santa Cruz, elegimos la ruta incómoda pero más corta. Tantas horas de navegación nos da tiempo para pesar en todo lo que está ocurriendo.

El que hayan aparecido tantas personas creyendo en algo, moviéndose junta y organizándose junta para todo. Mientras estoy al timón pienso que no es de extrañar que cada persona lo vea de forma diferente y que es fácil que surjan dificultades, pues somos muchos, cada uno un mundo. Para el OM y su tripulación todo lo que ocurre en el viaje es importante, y de igual forma todas las personas que pasan por él lo son. Aunque no siempre rememos en la misma dirección, aunque no todos seamos músicos, aunque no todos seamos grandes “artistas”.

A Santa Cruz llegamos con un gran dolor de cabeza, pero contentos, ya que nos han acompañado las pardelas y los delfines hasta la misma bocana del puerto. Nos quedamos anonadados al pasar entre dos estructuras petrolíferas enormes y horribles. Nos dan la bienvenida dos monstruos de acero. Significativo. Por aquí hace días que dicen que dejan de hacer prospecciones petrolíferas, ya que el pueblo teme las consecuencias. Además, estas islas viven de cara al mar, sobretodo del turismo, así que un error de ese tipo se pagaría muy caro. En Santa Cruz nos reunimos todos. Me hace especial ilusión ver a Valentín, el niño del grupo, y veo en sus ojos que es recíproco. Más tarde nos presentará a una chica que conoció en La Gomera. Me gusta verlo feliz.

En La Laguna, a escasos kilómetros de Santa Cruz, vivimos durante unos 10 días. Héctor, Lola y yo tan sólo dos o tres noches, pero el resto siempre allí, en casa de los padres de Alejandra, que por suerte es muy grande.
Los padres son dos amores, igual que sus dos hijas. La hermana de Ale también es un sol, y nos deja grabar en su pub “Cassette” el CD, colabora en todo lo que puede y nos hace las carátulas de los CD’s.

Son días de convivencia que unos llevan mejor que otros.
Nos vamos unos dias al Sur, al Médano, a pasar la Semana Santa. Donde hace mucho calor y las playas están a rebosar, parece Benidorm en pleno agosto. Esta vez dormimos en tiendas de campaña, cosa divertida pero incómoda. Allí nos lo pasamos muy bien y se nos ocurre varias ideas para el proyecto que lleva el nombre de mi familia: La Familia Flotante. Algunos nos comentan la necesidad de hablar de varias cosas que están pasando, de sobre donde vamos, a que aspiramos, etc. Es en ese momento que nos damos cuenta de las diferentes posiciones, para unos todo lo que ocurre es música, para otros no, para otros es mucho más, y es por eso que sacrifican su tiempo y comodidades día a día, ya que música pueden hacer siempre, en diferentes lugares del mundo. Los que tienen esta última opinión quieren dejarlo claro, puesto que si no es así como ellos creen tienen que saberlo para poder seguir otra dirección, por dolorosa que sea la separación, pero deben ser libres de elegir.

Algunos miembros del grupo entienden y son sinceros con ellos mismos, continúan su camino y nos dejan el recuerdo de una bonita amistad. Parece que el resto lo tiene claro, pero lamentablemente esta conversación se repetirá varias veces, hasta estallar. “El cadáver en el armario”, este es un fenómeno que explicaba una profesora de mi universidad, que ejercía la materia de “Dinámica de grupos”. El “cadáver en el armario” es algo que todos saben, que se queda sin aclarar, en el armario, por falta de tiempo o por diferentes motivos, pero el cadáver se va pudriendo y cuando se abre la puerta el hedor es insoportable. El lado positivo es que se aprende, y mucho. El negativo, que la manera de aprender es muy dolorosa. Todo y así continuamos. Más unidos que nunca, quizás, y con las cosas más claras. Este es un proyecto precioso, de por vida, y por ello necesitamos que los lazos sean fuertes, irrompibles. “No estamos de vacaciones”, aunque seamos felices casi siempre. Aquí hay mucho trabajo, todo hecho con el corazón, sin pensar en los beneficios, porque los beneficios llegan cuando de verdad los necesitas, y de maneras muy diversas.

El piloto automático, nos recuerda que todo llega tras el esfuerzo… En Los Cristianos, al Sur de Tenerife, la casualidad hace que nos encontremos con Gastone y Ana, una pareja de Boloñeses increíbles. Músicos y enamorados de la vida.
La guitarra Niebla se va con ellos, el piloto se llamará Rosi, en honor al apellido de esta entrañable pareja.





1 DE JUNIO DE 2015, "GASOIL POR UN TUBO"


Marina Las Galletas, al Sur de Tenerife, parece el lugar perfecto para hacer la instalación del piloto automático. Es un puerto precioso, de agua cristalina.

En la torre de capitanía hay un restaurante (Botavara) con unas impagables vistas, desde donde se puede apreciar la bocana del puerto y el océano se muestra infinito. Si se afina la vista se puede ver,  a lo lejos, Gran Canaria.
Marcelo, jefe y cocinero de dicho restaurante es una bellísima persona e inigualable cocinero. Nos invita a cenar y a comer tantas veces que perdemos la cuenta: carne de cabra, parrilladas, paellas, pescado fresco del día (vemos como lo traen cada día, de la barca a la cocina...).  Es catalán pero lleva tantos años en el archipiélago canario que se considera medio canario.
El camarero, Paco, es particularmente agradable, tanto es así que, cuando acaba el duro día de trabajo nos retiramos al “Botavara”, vemos como se pone el sol, con un guitarreo flamenco, una buena comida e immejorable compañía. 

Estas tardes nos renueva las fuerzas para continuar nuestra labor de diseñar el método perfecto para el correcto funcionamiento del piloto automático. Hay que tener tantos factores en cuenta que se nos acaban las ideas. Y es, como no, en nuestro momento de relax donde encontramos la solución.  Con una cerveza bien fría en la mano el capi mira hacia el mar y exclama:
- ¡Ya lo tengo! ¡Claro, es perfecto!
Y a continuación sale corriendo a la cocina.  Vuelve con una servilleta y un bolígrafo, donde me dibuja una serie de planos que yo al principio no comprendo pero que cuando me explica como funciona el sistema lo veo claro:
- ¡¡¡Sí, lo tenemos!!! 

Él lleva días avanzando faena por otro lado, montando todos los sensores que forman parte del piloto, adoptando posturas insospechadas y instalando aparatos en rincones donde tiene que lidiar con los cables y un espacio muy reducido. Yo por mi parte dejo por unas semanas el escribir y editar videos y me dedico también a la prioridad: “El piloto”.

Nuestros problemas empiezan en cuanto intentamos comprar algunos materiales, parece que si queremos conseguir algo sin encargarlo o sin pagar el triple de su valor normal tendremos que desplazarnos al norte, a Santa Cruz.  De nuevo es Marcelo quien nos da la solución:
- ¡Coger mi coche! Si yo no lo uso, estoy día y noche en la cocina. 

El siguiente obstáculo es encontrar a un profesional del acero inoxidable, para que nos haga algunos agujeros y nos suelde unas piezas. No es hasta el tercer herrero que damos con el bueno, y resulta que lo habíamos conocido en otro bar, en un concierto de La Familia Flotante, unas semanas antes.

Empiezo cosiéndole un trajecito a mi querido Rosi, llamado así en honor a la persona que toca la segunda guitarra construida por mi querido capitán, de la colección La Vuelta al Mundo en 80 Guitarras. El traje es de neopreno, debidamente cosido y sellado, luego Héctor le dará su toque creativo al brazo extensible, para protegerlo del agua le coloca un tubo flexible utilizado para la instalación de aires acondicionados.

Estamos impacientes por probar la navegación con nuestro Rosi, además empieza a ser urgente partir hacia Corralejo (Fuerteventura), donde nos espera el resto de La Familia Flotante. 

Partimos en cuanto tenemos todas las piezas instaladas, ansiosos por navegar.  Lo que no nos esperabamos es el problemilla que surge con el gasoil...   No, esta vez no nos quedamos sin gasolina (en alguna ocasión nos ocurrió, pero quedó aprendida la lección).
El primer día navegamos mayoritariamente a vela, con Rosi llevando el timón con una perfección absoluta. Nos da tiempo de leer, hacer zumos de naranja, tomar el sol, tocar la guitarra, etc. Tan solo nos surge un percance sin, aparentemente, importancia. El motor se para.
La única explicación posible es que no hay gasoil en el depósito. No hay problema, la solución es sencilla, abrimos el tambucho y sacamos una garrafa de 20 litros que vertemos en el depósito. Ponemos contacto, esperamos 10 segundos y giramos la llave. Arranca. A pesar de contemplar la posibilidad de hacerlo más tarde, decidimos echar otra garrafa más al deposito, también de 20 litros. El motor se apaga otra vez.  Héctor analiza rápido la situación y llega a la conclusión de que solo puede ser una cosa: El deposito ha creado alguilla, debido a la condensación, y se ha obstruido el tubo de admisión.
La solución definitiva es limpiar el deposito (como ya propuso Héctor antes de salir de puerto), la solución para salir del apuro es soplar el tubo y con suerte desatascarlo.  El capi no lo duda y se mete en el compartimento del motor junto con un destornillador, saca el tubo que une el depósito y el filtro y sopla. Hay suerte.

Llegamos asustados al puerto de Mogán, en Gran Canarias y decidimos fondear, intuyendo el paisaje, pues ya ha llegado la noche. Al despertar me asomo por la escotilla de acceso y sonrío. 
Una gran pared de roca natural, llena de cuevas a nivel del mar, me da la los buenos dias.
Pasamos el día en Mogán, a pesar de que tenemos prisa. Pero hoy es el parte meteorológico quien manda, y nos indica que sería imprudente seguir el viaje dejando el resguardo de la parte suroeste de la isla. El pueblo es bonito, con el Río de Mogán como protagonista. El puerto de Mogán es un pequeño pueblito de unas 4 calles por 4 calles, con puentes uniendo las casas y salvando el río que va a morir al puerto. 

Al día siguiente retomamos el viaje, más tranquilos al descubrir dos garrafas escondidas de fuel (la reserva). Y como si esperara el peor momento para fallar, en pleno canal de aceleración entre Gran Canaria y Fuerteventura, y de noche, se para el motor una vez más.  El soplar esta vez no resulta efectivo y tenemos que substituir el deposito por una garrafa. Es entonces cuando empezamos a pensar que tenemos que ir sacando los cerca de 60 litros de gasoil que se encuentran, ahora inútiles, en el deposito grande. Esto lo pensamos mientras nos percatamos de que si el tiempo no cambia necesitaremos ir a motor, en contra de la corriente, el mar y el viento. 

Como casi siempre, el viento en Las Canarias es de componente Nordeste, lo que hace retrocedamos considerablemente, teniendo en cuenta el poco tiempo que llevamos sin motor. Mientras el motor funciona con la garrafa Héctor y yo nos vamos turnando para sacar gasoil. Esto significa ensuciarlo todo con dicho líquido. Donde ponemos la mano queda la marca, en la escalera, en los pasamanos, en el trapo de cocina. Al traspasarlo de un recipiente a otro el suelo también se mancha, haciéndolo resbaladizo y dejando en el aire un olor bastante irrespirable.
Todo es gasoil, por dentro y por fuera. Y es que no es de extrañar que nuestra misma boca tenga gasoil, ya que bastante a menudo tenemos que soplar el tubito, que también se obstruye. Para quitar las algas del gasoil tenemos que filtrarlo, pasándolo de un recipiente a otro, utilizando como colador calcetines (a falta de un filtro más adecuado). Esa sensación en la boca te provoca mareo y te quita el apetito por completo. En fin, una noche para olvidar, o no.

Miramos el lado positivo, menos mal que esta vez hemos podido contar con un nuevo “tripulante”. Rosi se acaba de estrenar y ya nos ha salvado de una buena. No me quiero imaginar la misma situación sin él.

No es hasta mediodía que fondeamos en Morrojable. Bajamos a tierra y comemos unas merecidas tapas canarias con dos cocacolas bien frías. Necesitamos recuperar nuestro cuerpo.

Una vez sediado el hambre, el cuerpo pide descanso. Regresamos al barco y dormimos unas ocho horas.
A las dos de la madrugada retomamos el rumbo hacia Corralejo. Al pasar la punta de Jandía el mar y el viento nos da una bienvenida agitada, pues nos vienen justo por proa, lo que hace la navegación más lenta.
El Om nos pide bordos cada 20 minutos y se los damos, disfruto muchísimo al compartir maniobras de vela con Héctor, pues hasta este momento siempre lo tenía que hacer desde el timón, con un ojo en el compás y otro en los cabos y otro en las velas...

Si sumamos a esta demora la dificultad de conseguir gasoil en los principales puertos de Fuerteventura, obligandonos a hacer tres escalas en la isla, se entiende el horario nocturno de llegada a Corralejo.

La entrada a puerto es eficaz pero nerviosa, estamos muy cansados.
Allí en el muelle nos esperan Rico y Graziana, que nos ayudan a amarrar.
Desembarco, beso el muelle y abrazo a nuestros amigos. ¡Qué ganas tenía de llegar!  Agotados nos dejamos guiar por ellos hacia su casa.
Ale nos recibe con la cuchara de madera en la mano y un delicioso aroma a arroz con pollo. El reencuentro es divertido y la comida gratificante. Hasta hay regalos...una fiesta en toda regla, sin desmadre, por la hora y por el cuerpo...pero por dentro mi corazón sigue bailando.



15 DE AGOSTO DE 2015, "TORMENTA EMOCIONAL"

Los dias transcurren sin muchos altibajos en mi vida, fondeados en la bahía de Corralejo (donde pasaremos más de medio año) siento que todo va muy bien. Tenemos amigos que vienen a visitarnos algunas mañanas, vecinos que salen a pescar con sus barcas y dejan que sus hijos suban al Om para saludar a nuestra perrita Lola, surfistas y nadadores que marcan con "el velero rojo" su línea de meta o de salida.
En mi estupenda burbuja en medio del mar me siento desprendida de tierra, mi mundo es este, al menos en este momento.

Cuando bajo a tierra lo hago con propósitos muy específicos, con el fin de comprar, de pasear a Lola, de transportar algún instrumento, de ver algún concierto de Héctor o de utilizar wifi. Procuro prepararme el material que necesito para cada ocasión, pero me doy cuenta de que eso es lo que más trabajo me ocupa, pues cada vez que bajo a tierra aprovecho para hacer todas esas cosas, así que es fácil que cada día baje con el ordenador a cuestas, los discos duros, cámaras, móvil, cables, dinero, juguetes de Lola, bolsas, correa y algunos trastos más. Esto me crispa un poco, pues a mi siempre me ha gustado ir lo más ligera posible, pero las circunstancias mandan.
Llegar a tierra con los kayacs es fácil y ya estamos tan acostumbrados que para nosotros es como caminar. Pero noto que consumimos mucha energía, por ello tenemos que intentar aprovechar los trayectos.

De vez en cuando vamos de acampada, a algún festival donde toca Héctor y aprovechamos para pasar un par de días de vacaciones, pero a menudo ocurre algo que hace que el ambiente se nuble, no conmigo, ni con Héctor, pero de alguna manera sé que alguien que me importa no esta bien.
En casa de unos amigos pasa lo mismo, todo parece que va bien pero hay algo que no va. Por ello prefiero no ir demasiado, porque ya sé que estas cosas suelen salpicar de una u otra manera. En algún momento, cada uno de ellos me ha hecho saber su situación personal con el resto, aunque no quiero, acaba afectándome. No me gusta saber como son las relaciones de unos con otros porque es cuando me doy cuenta de lo diferentes que somos, de que cada uno es un mundo, o mejor dicho, que cada uno vive en su mundo, para él/ella muy real. Y dándome cuenta de esto intento entender cada uno de estos mundos, pero quedan muy lejos del mío. Así que solo espero aprender algo de ellos. Pero no cuento con que puedo acabar salpicada de toda esta realidad paralela.

Tan solo puedo ser espectadora en una situación así, siempre y cuando no me afecte, algo que acaba ocurriendo. No comprendo como hay gente que puede vivir así cada día, enfadándose o "defendiendo" lo que cree que es suyo constantemente, la vida así es muy complicada. La cuestión es que se transforma en una espiral que cada vez es más difícil desenredar y yo solo veo una manera de salir de eso sin posicionarme, y es explicando mi punto de vista, lo absurdo de esta situación. Lo que hace que yo me vuelva cada vez más rápido a mi burbuja flotante, a mi mundo.
Parece que esto molesta a algunos y rápidamente paso de ser una espectadora a ser una participante de un juego al que no quiero jugar. Para mi toda una tortura. Eso si, me conozco un poco más, y ahora sé que la peor tormenta ya ha pasado y que haré todo lo posible por no volver a encontrarme en este tipo de situaciones que logran marear mi mundo.

La visita de nuestro sobrinito y mi cuñada hace que los días sean mucho más dulces y el aprovechar el tiempo con el pequeño de la familia pasa a ser la prioridad. Los dias de playa y barco pasan rápido pero me ayuda a ver las cosas como las vería un niño, a darle aún más importancia a lo que realmente me hace feliz.

Me reconforta saber que en cuanto nos movamos todo pasará, que se trata de una extraña temporada que ha causado muchas confusiones y que el aprendizaje servirá para algo, aunque es posible que esto solo ocurra en mi mundo y en mi realidad...


1 DE SEPTIEMBRE DE 2015, "TIMPLISTAS Y LUTHIERS"

Pasamos un par de semanas descolocados mentalmente, por todo lo que ha pasado a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que lo mejor es no hacer nada, echarnos a un lado en todo este caos social. Aunque en tierra continuan ocurriendo cosas que siguen apenandonos.

Ahora estamos muy centrados en un espectáculo que queremos llevar a cabo en Fuerteventura donde se presentará el timple creado por el "capi" con la colaboración de otros músicos y otro luthier.
Nos ponemos en contacto con dos grandes timplistas de la isla, Althay Páez Ramos y Domingo "El Colorao". Los dos parecen encantados de colaborar. Althay por su parte cuadra la agenda para poder participar en la presentación, que se llevará a cabo en el Auditorio de Corralejo.

Empezamos a estar un poco nerviosos porque el timple aún es un proyecto sin realizar y queda poco más de un mes para el evento. Héctor por su parte contacta con un luthier de Lanzarote que parece muy interesado en el proyecto y al que le apetece colaborar. Preparamos el Om y nos disponemos a zarpar, el tiempo apremia.

La travesía a Lanzarote es estupenda, nos lleva unas 6 horas alcanzar Arrecife pero la navegación ha sido una autentica maravilla. Los delfines nos han acompañado prácticamente todo el camino, sentimos su alegría, su libertad, solo con mirarlos. A escasos dos metros de la popa de estribor una mamá delfin y su hijo (el delfín más pequeño que haya visto nunca) dan un salto sincronizado, no nos cabe la menor duda, nos lo está presentando, está muy orgullosa. Mientras tanto se para el motor, pero no nos importa, luego ya miraremos que ocurre, ahora solo podemos disfrutar de este regalo.

El fallo del motor no es un fallo, faltaba combustible, lo que arreglamos sin problemas cambiando la garrafa.
Llegamos a Arrecife y nos recibe un amigo, Rafa, que trabaja en un remolcador en este mismo puerto.
Rafa es un chico muy natural, de esas personas que solo tienen alegría por donde quieras que lo mires. Nos reimos mucho con él y nos enseña el remolcador donde trabaja, donde tiene su camarote que solo utiliza algunas noches, ya que va alternando con su furgoneta - vivienda.
Nos explica la maniobra que tienen que realizar cuando remolcan a algún barco. Es una maniobra peligrosisima, con un gancho de hierro enorme, cables de acero y, normalmente, mala mar. Un trabajo de mucho riesgo, donde un descuido te puede costar muy caro.

Rafa esa noche duerme en el Om. Al día siguiente lo dejamos en el remolcador y continuamos con su furgoneta-vivienda, no sin antes haberla cargado de maderas y otros materiales, hacia casa del luthier Alberto Ortega Chirino.

Nos reciben como a familia, y Alberto siente no tener más dias para poder dedicarle a Héctor. Se nota que se ha preocupado mucho de que no le quedara ningún paso de la construcción del timple por aclarar. Lleva una lista en su mano, que revisa cada poco mientras va explicando a Héctor como trabaja él. Herramientas, materiales y procesos. Le facilita muchisimo material y muy buenos consejos. Su mujer nos brinda un desayuno digno de reyes.

Tanto Rafa como nuestros nuevos amigos vienen a despedirnos. Han sido pocos dias pero muy bien aprovechados. La navegación a Corralejo se nos pasa volando y nuestra mente llega muy despejada.
Al llegar empiezan a llegar mensajes, uno nos informa de que Valentín, el violinista que conocimos en Marruecos, esta en Corralejo. ¡Qué ilusión!

En cuanto echamos ancla en la bahía Héctor se tiene que ir a tocar, a un concierto en Puerto Lajas. Allí se encuentra con Domingo "El Colorao" que le invita a su casa, que al parecer esta cerca. Como pasó con Tomatito en Almería, Domingo le enseña su colección de instrumentos. En este caso timples. Héctor vuelve al barco con unas ganas increibles de ponerse manos a la obra en la construcción del timple, pero el cansancio le pide una noche de tregua.

Mientras Héctor convierte el Om en una luthería flotante, muchos son los que ayudan en la logística del espectáculo, unos solicitando equipo técnico, otros preparando material audiovisual y concretando citas con el ayuntamiento y el SGAE, los músicos ensayando los temas musicales,  y un largo etcétera.

El capitan y yo vamos desbordados, intentamos no ponernos nerviosos ante la llegada del evento y la verdad es que no tenemos tiempo para hacerlo.

Héctor se pasa el día en cubierta construyendo el timple y yo en el interior preparando el material visual que se proyectará en el Auditorio. Me intento concentrar a pesar de tener que estar constantemente haciendo fotos del proceso del timple y sirviendo de auxiliar a mi luthier-marinero.
Él no deja de asistir a los conciertos ya que es trabajo, ni a los ensayos, pues la fecha se acerca.
Pese a estar nerviosa, durante todo este tiempo me siento muy orgullosa de los dos, pues una vez más nos hemos demostrado hacer un buen equipo, al entender las prioridades y colaborar el uno con el otro. Sobretodo estando fondeados donde todo requiere mucho más equilibrio, paciencia y eficacia.

Una gran experiencia que volveremos a repetir en breve, pues esta comprobado que se puede. Pero quizás con menos presión, con un margen de tiempo extra para los imprevistos.

En este periodo de locura un amigo y guitarrista muy querido que vive en Holanda nos llama y nos confirma que se une al evento. Se ofrece a tocar la primera guitarra que se hizo para el proyecto, una guitarra eléctrica que él ya conocía, pues fue espectador de la creación de "La Ibérica". Una muy buena noticia. ¡Para nosotros significa tanto tenerlo cerca en un día tan especial! Esperamos con ansias su llegada, pues con Filip Vácha lo más surrealista puede pasar.


  10 DE OCTUBRE, "CANARIAS, TEJIENDO SUEÑOS"

Por todas partes van apareciendo invitados, familiares y amigos que vienen a ver el evento. También nosotros recibimos visitas. El barco esta lleno y algunos se tienen que alojar en habitaciones o apartamentos de alquiler. 

Llega nuestro amigo Filip, el guitarrista. Pero no a nuestra isla, sino a la de al lado, a Lanzarote. Un retraso de dos horas en su vuelo hace que no llegue a tiempo al ferry que lo tenía que traer a Corralejo. 
A Héctor se lo comen los nervios pues no puede ser que su colega del alma, al que no ve desde hace mucho esté a 20 minutos en ferry y no pueda verlo. Lo llama por telefono y en cuando escucha su voz se tranquiliza.

- Ya no me acordaba de como es Filip- me dice- . Dormirá en la playa y mañana temprano tomará el ferry.

Nos reimos de lo fácil que ve la vida Filip, es feliz y disfruta de los pequeños baches de la vida.

Conseguimos la dirección de una habitación para que pase la noche y se la damos pero nos sabe muy mal dejarlo colgado en un lugar que no conoce y por un momento nos planteamos ir a buscarlo en velero.
Hacemos cálculos, conllevaría  dos horas de ida y dos de vuelta, pero nos damos cuenta de que será imposible, pues esa misma tarde tengo que ir a recibir a mi suegro al aeropuerto. 

Pedro, el padre de Héctor,  llega muy contento, aunque en el vuelo no lo ha pasado bien.
A la mañana siguiente nos acercamos al muelle donde atracan los ferrys, nos acompaña nuestro amigo Andrea, recién llegado desde Roma. Estamos muy pendientes de la puerta del ferry de donde debería aparecer Filip. De pronto vemos una silueta de un hombre con un gorro inconfundible que nos saluda con la mano en lo alto de la gran pasarela, obstaculizando el paso al resto de pasajeros, disfrutando de ese momento de gloria.
¡Qué hombre, parece que va por la alfombra roja de los Oscars!
Aún no ha bajado del ferry y ya nos ha echo reír. 

Las horas antes del evento son para ensayar y ultimar detalles. Andrea se ofrece a ser la voz de unos poemas que tenemos seleccionados para los videos del Auditorio.
Vamos tan justos de tiempo y espacio que nos vemos obligados a retirarnos a un lugar tranquilo a grabar los poemas.
Surrealista todo, Andrea a las 8 de la mañana se pone manos a la obra, mientras yo aclaro a la gente que Andrea no está loco, aunque aparezca bajo una manta, bajo la lluvia en medio de la playa hablando con un ordenador.
Los curiosos empiezan a hacer preguntas, a lo que les tengo que explicar susurrando lo que ocurre.

Cuando llego al barco veo a Filip y Héctor retocando el timple, que se llamará "El Majorero" en honor a Fuerteventura. Se les rompe una cuerda y escucho una frase que se me quedará grabada:

- ¡Yo no sé porque me meto en estos líos!

Son los nervios los que hablan y nadie le hace caso, no hay tiempo.

Por fin llega el momento de hacer un ensayo general en el Auditorio pero entre pruebas de sonido no da tiempo a un ensayo en condiciones, y yo acabo de averiguar que desde la posición que me corresponde para proyectar el video (al fondo de la sala) no veo bien.
Además acabo de saber que hay un alto riesgo de que el video se pare en medio del espectáculo. 
¡Cuanta responsabilidad! No me gustaría tirar por tierra tanto esfuerzo,  mío y de otros.

Como la prioridad es que el sonido sea bueno, y los músicos vayan lo más relajados posible, dejo de insistir en las pruebas con el proyector y me centro en pasar toda la información del ordenador al disco duro confiando en que este método sea suficiente para que el programa no me deje en evidencia delante de 300 personas.

Llega el momento, voy al camerino donde los músicos estan emocionados pero nerviosos, preguntan por los espectadores, el auditorio está bastante lleno. Les deseo mucha mierda y les indico que tenemos que empezar en tres, dos, uno...¡acción!

Una noche muy bonita,  en la que hay doble ilusión, una porque es perfecta y otra porque llega a su fin. Algo así como en una boda... Una mezcla entre alegría y alivio.




1 DE NOVIEMBRE DE 2015, "NUEVO MIEMBRO EN LA MANADA"

En estos momentos lo único que necesitamos es recuperar nuestra energía mental y física. Lo que no es pedir poco, pero por fin tenemos tiempo para hacerlo y nos sentimos agradecidos al saber que los compromisos de este último año han acabado. Pues la preparación del evento, la construcción del timple y los meses fondeados nos han dejado secos. Realmente este último año me parece una película de todos los géneros: aventura, comedia, drama, terror, romántico, fantasía, musical, acción... 

Tengo la sensación de que por fin recupero mi vida, y para saber por donde me quedé tengo que remontarme nada menos que a principios de año.
El año empezaba mal, pues tuve que despedirme de mi mejor amiga peluda, a la que seguimos echando mucho de menos.

¿Y el resto del año que ha sido, una consecuencia?
Me pregunto si es posible que unas necesidades emocionales te hagan responder de una manera tan diferente a como lo harías normalmente. Me pregunto porque este último año dije sí en momentos que debería haber dicho no, y si en el fondo lo sabía. Todo habría sido muy diferente. Quizás, inconscientemente intenté llenar el vacío con determinada gente, que muy probablemente también vivía un momento peculiar.

Todo esto pasa por mi mente, algo que nunca le cuento a nadie, no sé porque esta manía de analizar y analizar, pero en ocasiones me ocurre y es difícil de parar. Creo que la curiosidad por como funciona la mente y como afecta a nuestras vidas me obsesiona un poco. ¿Es posible que sea una habilidad desarrollada por los años de docencia, o esto viene de serie? Tengo que aprender a meditar, a dejar la mente en blanco cuando me sucede esto, o mejor, ¡en transparente!.
Aunque por otro lado quizás sirva para entender... ¡ya estamos otra vez!

Como cada día desde hace varios meses desembarco con el kayac en la playa de Corralejo, Lola me acompaña. Un hombre senegalés vende artesanía de su país en la única sombra existente. Mientras Héctor habla con un amigo yo protejo a Lola del sol que quema, pues es mediodía.
Allí estoy, con Abdul. Empezamos a conversar sobre Senegal, de su música, tradiciones, me habla de diferentes instrumentos que quiere que conozcamos, en concreto de la kora, una guitarra con cuerpo de calabaza. Es una conversación muy agradable. Al despedirme me regala un colgante, un diente de un animal de su tierra y me dice que me dará aún más suerte.

Me despierta la curiosidad y investigo un poco sobre Senegal, me atrae muchísimo, sobretodo los animales salvajes.

Vamos a tomar café al bar de un amigo italiano y allí nos encontramos con una amiga, también italiana, que dice que su perrita ha tenido cachorros y los regala.
Héctor quiere verlos. Yo me quedo muy sorprendida, a mi me encantaría tener otra perrita, pero me da miedo cometer un error. No sé si la herida que nos dejó la perdida de Niebla está curada.
Vamos a ver los cachorros y ya tenemos en algo más que pensar. Afortunadamente tenemos un par de meses para decidir, hasta que llegue el momento del destete.

Tenemos mucho que decidir, como hacia donde poner rumbo, ¿Senegal, Gambia, Cabo Verde? ¿en que fechas? ¿perrito o no perrito? ¿navidades en familia?... Cada día decidimos y cada día rectificamos, por la mañana pensamos blanco, por la noche negro.

Una noche bajamos un poco antes a tierra ya que nuestra amiga nos invita a hacer un café antes del concierto, pues esta noche Héctor trabaja.
Así que bajamos con la guitarra, los cables, el traje de agua, las chaquetas, todo bien estibado en el kayac naranja. Lola, yo y la guitarra en el kayac más grande. Héctor en el amarillo, más inestable pero también más rápido.

Cuando llegamos al bar nuestra amiga nos ha traido un regalito. La perrita está lista para dejar a su mamá. Nos negamos, sólo hace un mes que nació y aún tiene que mamar. Pero la realidad es que su mamá no puede alimentarlos y los cachorros ya hace dias que comen pienso.

No sé, no sé, es que...¡uf!
La perrita es preciosa, pero tan chiquitina da miedo, y no sabemos como reaccionará Lola. Dejo que Héctor tome la decisión, pues yo me enamoro demasiado rápido de estos animalitos.

Llega la hora del concierto y la perrita va de mano en mano, nuestra amiga nos ha acompañado, pues aún no sabe si se la tiene que llevar o si se quedará con nosotros.
Cuando acaba el concierto Héctor se prepara para remar, se pone el traje de agua, mete el cachorro dentro del traje, lo cierra y dice:

- ¡Vámonos!

No puedo parar de reír al ver a mi capi embarazado. Un momento que recordaré siempre.

Al verlo remar pienso que la perrita se puede hacer daño y paso todo el trayecto de kayac advirtiendole de que no haga movimientos bruscos. Al llegar al barco se baja la cremallera del traje y la bolita de pelo abre sus ojos, pide comida y agua.

Come y bebe con muchas ganas y Lola nos mira incrédula. Le preparamos una camita con mantas en un rincón del barco, donde se duerme hasta que nos vamos a la cama. Pero ella (es hembra) decide que no quiere estar separada y se traslada al hueco de debajo de la cama. Alargo el brazo y compruebo si su nueva cama está lo bastante acolchada. La bolita de pelo se duerme mientras le susurro:

- ¡Bienvenida a la manada Rumba!





28 DE DICIEMBRE DE 2015, "LO MÁS IMPORTANTE, LA FAMILIA"







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